Funciones
de la evaluación
Cualquier tipo de evaluación que se realice en el ámbito educativo, debe cumplir con funciones como las que se citan a continuación (Posner, 1998; Hernández, 1998; Díaz Barriga, 1999):
Función de diagnóstico:
La evaluación de un plan o programa de estudios debe caracterizar el
planeamiento, ejecución y administración del proyecto educativo, debe
constituirse en síntesis de sus principales aciertos y desaciertos. De tal
manera, que le sirva a las autoridades académicas de orientación o de guía que
permita derivar acciones tendientes al mejoramiento de la calidad de la
educación.
Función instructiva:
El proceso de evaluación en sí mismo, debe producir una síntesis de los
indicadores de la puesta en práctica del currículum. Por lo tanto, las personas
que participan en el proceso, se forman, aprenden estrategias de evaluación e
incorporan una nueva experiencia de aprendizaje laboral.
Función educativa:
A partir de los resultados de la evaluación donde el personal docente conoce
con precisión cómo es percibido su trabajo por sus iguales, por el estudiantado
y por las autoridades académicas de la institución, puede trazarse una estrategia
para erradicar las insuficiencias que le han señalado en su desempeño
profesional. Por lo tanto, existe una importante relación entre los resultados
de la evaluación del plan o programa de estudios y las motivaciones y actitudes
del personal docente hacia el trabajo.
Función autoformadora:
Esta función se cumple principalmente cuando la evaluación ofrece lineamientos
para que la persona responsable de la docencia oriente su quehacer académico,
sus características personales y para mejorar sus resultados. Poco a poco la
persona se torna capaz de autoevaluar crítica y permanentemente su desempeño,
no teme a sus errores, sino que aprende de ellos y es más consciente de su
papel como responsable de diseñar y ejecutar el currículum.
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